Poesía del siglo XVIII

2.1 Poesía barroca

La poesía barroca del siglo XVII, que llegó a cotas importantísimas en las plumas de Lope, Quevedo y Góngora. El género poético había llegado al extremo de sus posibilidades expresivas. Se continuó a lo largo de un cierto periodo del siglo XVIII, primero plenamente aceptada y después sometida a profundas críticas. La poesía barroca en el siglo XIII, sin una motivación auténtica, carecía de espontaneidad y vigor creativo.

Tipos de poesía:

• Poesía popular: poesía con asuntos más del momento, generalmente más pobre de estilo, y dirigida al pueblo. Temas como historias de santos, amores trágicos, bandoleros, asuntos contemporáneos.
• Poesía culta: Interés por la política e historia actuales, de crítica social, de circunstancias y de religión, temas insignificantes que presagian detalles pintorescos del Rococó. El poeta busca la brillantez y abusa de su pretendido ingenio.

2.2 Poesía ilustrada

Llamado el siglo de las Luces. Se busca la felicidad humana a través de la cultura y el progreso. Existía un gran cansancio de la exuberancia ornamental barroca y de su dificultad conceptista; se deseaba mayor claridad y un mayor equilibrio. Preocupación por lo civil, filosófico y didáctico en la poesía. Constatamos que la Ilustración española no es un cambio de escuela artística, sino un cambio de cultura respecto a la anterior. La poesía tratará temas artísticos, científicos, cósmicos filosóficos, sociales o humanitarios.

2.3 Poesía Rococó

Produjo una renovación estética contraria al barroco. Es una poesía de salón, despreocupada y frívola. Tiene una gran sensualidad. Las estrofas y los versos son breves y tienen un ritmo bien marcado. Destaca el uso de exclamativas y diminutivos.

2.4 Neoclasicismo

El Neoclasicismo carece de la ligereza temática del Rococó. En el Neoclasicismo aparece como preferencia la razón frente a los sentimientos, donde se imponen reglas a las que se deben ajustar las obras literarias. Como consecuencia se rechaza lo imaginativo y lo fantástico, ya que no se escribía para entretener, sino para educar a las personas.

El poeta no rechaza la metáfora, el retruécano, el hipérbaton ni la alusión mitológica, pero sabe que estos elementos hay que utilizarlos sin excesos y tienen que ser clarificadores, naturales. Busca a través de esta naturalidad, en imitación de la naturaleza, la sencillez y armonía expresiva.

Los poetas de este movimiento adoptan dos temas: el bucólico o pastoril y la fábula, aunque se ven aspectos novedosos que nos hablan de ideas, moral y modos de vivir distintos.

2.5 Poesía finisecular

A finales del siglo, aparece, debido a la influencia del Romanticismo europeo, una poesía considerada prerromántica, que tiene la sensibilidad individual como tema. Tono melancólico, el yo poético padece el dolor por la soledad.

 

2.6 Juan Meléndez Valdés

 

Este hombre nació en el año 1754 en Badajoz y muere en Francia en el año 1817. Es un Poeta y político español. Colaboró con el gobierno de José Bonaparte (Rey de España), por lo que se tuvo que exiliar a Francia tras la guerra de la Independencia.

Se reconoce por ser parte de la Poesía bucólica o pastoril donde aparecen pastores en paisajes cantando y tocando sus flautas. Sus principales obras son: Letrillas como La flor del Zurguén cuyo tema es amoroso, Doña Elvira, escribió varias Églogas en las que recupera los temas pastoriles de la bucólica (composición poética, por lo común dialogada) y por ultimo escribió Elegías dedicadas a un amor desconocido del poeta.

  

 

Destacan en la poesía del siglo XVIII tres grandes núcleos: el salmantino, el madrileño y el sevillano.

La escuela salmantina se desarrolló en torno a su Universidad y tiene como principales representantes a José Cadalso, Juan Meléndez Valdés, y Gaspar Melchor de Jovellanos
El grupo madrileño estuvo formado por Ramón de la Cruz, Tomás de Iriarte, Felix María Samaniego, Nicolás Fernández de Moratín y Leandro Fernández de Moratín
La escuela sevillana tiene como poetas más destacados a José Marchena y Alberto Lista.